Cómo relajar la mente (y entender por que se estresa)

Posted on 28 abril, 2010

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Descanso placido

Quizá para relajar la mente, primero habría que entender porque está saturada. Nuestra mente permanece conitnuamente llena de pensamientos. ¿Por qué?

En el paso de la pubertad a la adolescencia, las sociedades tradicionales, llevan a los niños con los maestros para realizar la transición hacia esa etapa tan dificil en la que se encara la madurez y se abandona la infancia.

En esa transición tutelada por la sabiduria ancestral del maestro, se trabaja la capacidad de desidentificarse con los pensamientos y encontrar el verdadero yo. Pues esa es la base simbólica de la palabra adolescente: pasar dolor, transitarlo. Duele porque es un abandono de la inocencia y tambien de las exigencias de los padres para superarles y encontrar nuestra verdadera esencia. Es clave aprender a transitarlo y entender que el dolor forma parte de la vida, que puede transitarse y superarlo; pero cuando alguien teme el sufrimiento busca evitarlo, evita así también el amor y llega entonces el sufrimiento.

Es evidente que en nuestra sociedad este paso no se realiza. Por tanto, una de las consecuencias directas es el encontrarse aferrado aun a actitudes infantiles, buscando quienes somos e identificados con nuestros pensamientos, sin limite alguno. Desbordados por las ideas neuróticas que buscan desesperadamente un estado de completa felicidad con ausencia de todo dolor.

En occidente, además, la velocidad es un concepto asociado a lo practico. Cuanto más rápido mejor, para seguir produciendo, haciendo y consumiendo. Los sistemas educativos actuales saturan a sus alumnos con trabajos y examenes, que junto con las actividades extraescolares y las crisis personales que surgen en esta etapa de la vida, provocan un serio entumecimiento de las emociones, una distorsion de su propia identidad y alteraciones nerviosas que desencadenaran diferentes síntomas crónicos en un futuro inmediato, como ya se está comprobando.

Blaise Pascal dijo:

«Toda la infelicidad de un hombre nace de su incapacidad para permanecer sentado y solo en una habitación vacía».

En realidad se diría que pensamos tanto para no pensar. Que nos dejamos seducir por nuestros pensamientos y emociones para no escuchar la voz interior que nos han educado a despreciar durante nuestro crecimiento. Buscamos identificarnos con esos pensamientos que han creado nuestro propio personaje.

Esa identificacion con nuestros pensamientos no nos da espacio para ver lo que hay entre pensamiento y pensamiento. Y es que ahi es donde residimos. En un espacio sin miedo ni esperanza. Donde realmente se encuentra nuestra paz interior. Y donde podemos descansar de forma duradera y autentica.

A este caso se refieren pasajes de escrituras de gran sabiduria. Por ejemplo, en Mateo 11:28

«Venid a mi todos los que estais rendidos y agobiado por el trabajo que yo os daré descanso. Cargad con mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y hallaréis reposo para vosotros, porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera»

O este otro texto, extraído de «La Gran Paz Natural», del maestro budista Sogyal Rimpoche:

Descansa en la gran paz natural, mente exhausta,
golpeada incansablemente por el karma y las ideas neuróticas,
como el furor implacable de las olas
en el infinito oceano del samsara.
Descansa en la gran paz natural.

Personalmente he podido experimentar esta autentica paz en varios momentos de mi vida. Algunos de esos momentos fueron espontáneos y otros gracias a ejercicios terapéuticos que he tenido la suerte de vivir e integrar y que ahora puedo llevar a otros. En mi día a día, los espacios de meditación son cada vez más próximos a esa placidez absoluta que siempre he sentido muy semejante al sueño profundo de un bebé: sin preocupaciones, sin prejuicios, sin apariencias, sin miedos ni expectativas, simplemente siendo, viviendo en el aquí y ahora.

El proceso terapeutico es un camino a la desidentificación de los pensamientos, el encuentro de las verdaderas necesidades y una apertura a la meditación.

Fuentes:
Foto: desconocido
La gran paz natural, Sogyal Rimpoche, http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:q_ksqV0VA0gJ:www.rigpa-spain.org/pdf/LaGranPazNatural.pdf
La Biblia, Ed. Herder

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